Entras... recinto silencioso, de ese especial que te empieza a inundar de paz, la puerta luego de unos minutos se abre y muy cálidamente sale, es inevitable dejarte caer, sus brazos te atajan, te salvan, te protejen inevitablemente te entregas.
Es una habitación sencilla, algunos almohadones en el piso, dos sillas enfrentadas, simples y comunes a la vista, no así a la sensacion al sentarte, es como un gran montículo de algodón de esos gigantes que un campo abierto podes encontrar, solo miras el cielo celeste en su integridad con el cálido sol que refleja en tu rostro.
Es dificil salir de ese estado es lo óptimo, lo deseado, es la paz...
Depronto haces contacto con la realidad y enfrente esta este ser, con sus ojos cerrados, respirando ondo y como buscando en la mas profunda de sus sabidurías la forma de regalarte para siempre ese momento y hacerte saber que solo es tuyo.
Encuentro dentro mio un equilibrio que hace tiempo no sentía, me falta muchisimo para llegar pero estoy en camino.... y no voy sola!
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