domingo, 5 de septiembre de 2010

Compañia

Ellos dos estaban sentados en la mesa de al lado, tres hermosas niñas acompañaban su almuerzo cada una de ellas con su juego, gritando, cantando, comportandose como cual niñas eran, la menor rondaría entre los dos años y la mayor el los cinco. Quien lo mirara de afuera diría que podría ser una situación casi insoportable, sin embargo ellos dos mientras que con toda comodidad atendían a sus hijas, se miraban a los ojos y se comentaban sus días, en una charla cordial con esa mirada que deberían haber tenido muchos años atrás cuando ninguno de esos tres tesoros estaba en sus planes.
Ahí estaban derrochando cariño y haciéndole ver al mundo que podían conversar. Me preguntaba que seria de mi vida en su lugar o si en mi vida existe ese lugar.

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